martes, 27 de enero de 2009

La travesía por el desierto.

Después de la estampida del ínclito Ramón Calderón, el equipo de Concha Espina se encuentra sumido en 101 dudas. Una directiva que tiene una fecha de caducidad no superior a julio 2008. Se encuentra con la posibilidad de dirigir un gran club pero sin el poder moral y sobre todo a expensas de de una junta general de socios compromisarios que la ratifique en su cargo hasta las próximas elecciones.

Y en esas se encuentra el club más grande del siglo XX, sin una cabeza visible que pueda tomar decisiones y dar la respuesta contundente, enérgica y sólida. Son muchos los problemas en los que se puede ver inmerso un club de las dimensiones como es el nuestro. La dimensión mediática de este club la convierte a diario en portada de los diarios deportivos de país.

Quien va a ser el encargado de ser la voz de Real Madrid, un presidente que la mayoría de los socios no conoce, no sabe ni como se llama, este como la totalidad de las instituciones, club, partidos políticos es 100% presidencialista. O nos va a representar el director deportivo del club Pedja Mijatovic, que prometió irse con el presidente y ahí sigue placenteramente en la poltrona, no se va a ir ni con agua caliente, con el sueldo que percibe donde va a estar mejor.

Vamos a intentar normalizar esta situación, realicemos las selecciones lo antes posible, que mejor día que la ultima jornada que juega el Equipo en el Santiago Bernabeu. El socio se puede ir de vacaciones con los deberes hechos, el nuevo presidente tiene más de dos meses para preparar la nueva temporada.

En conclusión solo un milagro nos puede dar un titulo este año, la orejona no estaría mal. La gran meta es no tener que jugar previa de Liga de Campeones y esperar que suene la flauta.

Señores se intuye el regresos del florentino, todo el mundo quiere que llegue acompañado de CR7 y alguna sorpresa mas. El socio sabe que puede traerle a cualquier jugador, ya lo hizo y quieren volver a ver a los mejores. Pero según el sabio refranero español: “Segundas partes nunca fueran buenos”